El Número del Alma
El Número del Alma se obtiene sumando las vocales que entran en el nombre del sujeto. Siempre se trabaja con el nombre completo recibido al nacer. Los títulos y especificaciones añadidos antes o después del nombre, como don, doña, doctor, etc., no forman parte del nombre cósmico y, por consiguiente, no se cuentan. Las vocales son A, E, I, O, U, Y. La semivocal Y se considera como vocal cuando va a final de palabra, como en Rey, o cuando la antecede una consonante, como en Mary; cuando va entre dos vocales, como en Pelayo, se considera como consonante. En cuanto a la U, es muda en las sílabas gue, gui y que, qui y, por lo tanto, tampoco se tiene en cuenta.
El Número del Alma de una persona corresponde a su verdadera personalidad, el yo que sólo ella conoce. En caso de aceptar la filosofía de la reencarnación, el Número del Alma indica también lo que el sujeto fue en sus vidas anteriores. Los demás no acceden fácilmente a esa parte de su personalidad, aun tratándose de personas que le conocen muy bien. El Número del Alma revela lo que la persona, en su fuero interno, desea ser. Este impulso puede hacerse tan fuerte que se imponga sobre el resto de las vibraciones de sus cuatro números básicos. Dado que el Número del Alma pone de manifiesto una parte del desarrollo acumulado en las vidas anteriores, actúa como una fuerza subyacente que influye sobre los actos de su vida presente. No obstante, si tal impulso permanece reprimido por circunstancias externas y el alma fracasa en el cumplimiento de su propósito, necesita repetir el mismo impulso vibratorio en otra vida futura, hasta que encuentre su verdadera expresión.
El significado de los números, su simbología y su relación entre ellos cobra mucha importancia a la hora de entender los aspectos básicos de la adivinación mediante la lectura de cartas.
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