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Gato Conejo

GATO / CONEJO


Año de nacimiento:
1903, 1915, 1927, 1939, 1951, 1963, 1975, 1987, 1999, 2011

Características Especiales: Animal de tendencia YIN.
Flor preferida: La reina de los prados.
Cualidades principales: Discreción, prudencia, honestidad.


Simbolismo de: El Gato y El Conejo

Para un occidental resulta muy extraño que el símbolo del gato pueda ser también cubierto por una liebre o viceversa. El felino y el roedor no parecen poder estar al servicio del mismo grupo humano; incluso se habla de la mixtificación con el ejemplo de dar gato por liebre, poniendo a la liebre en el departamento de lo bueno y al gato en la casilla de lo malo, lo falso. Pero en Oriente se puede intercambiar al gato por la liebre y nada pasa. De los dos se dice que reflejan la prudencia y la discreción; que son honestos y perseverantes. Cuando se quiere hablar más en contra, se resalta su egoísmo y su susceptibilidad. Centrémonos en El Gato:


El gato llegó en cuarto lugar a la llamada de Buda; es un animal emblemático de tendencia YIN; se orienta hacia el Poniente y su estación es el otoño, en donde un símbolo de su pureza debe vivir en soledad o, al menos, refugiarse en soledad para poder ser tal y como gusta: discreto y prudente, honrado habitante del silencio y de la meditación inteligente, que no del retraimiento y la huida. Pero no es nada sencillo poder convivir con el mundo externo y mantener, en su pureza debida, el mundo interno.


Así, el gato, como casi todos los demás seres humanos, debe llegar al compromiso, al equilibrio que permita mantener las constantes anímicas y los sueños sin que unos y otros se interfieran, sin que nadie triunfe sobre su modesta voluntad. No es fácil llegar a tal acuerdo entre realidad y necesidad y así se produce, como reacción, una sostenida susceptibilidad, un cierto resquemor ante los demás, que pueden pensar de otra manera y rehusar ese comportamiento. Es complejo, muy complejo, llegar a hacer lo que se desea; y realizarlo, cuando se es honesto, sin que quede la duda de que se está consiguiendo poco para los demás, pues la soledad puede parecemos egoísmo, si es que somos generosos.


Tanto se teme al egoísmo que, como insólita reacción, éste se puede aceptar como defensa y los gatos llegan, con bastante frecuencia, a ser abiertamente insolidarios; desesperados de no poder casar sus deseos con sus exigencias de comunicación cortés, de contacto diplomático con los de fuera de su círculo familiar. Porque con los de cerca de su corazón, con los que han traspasado la barrera protectora de la intimidad, el gato es el mejor amigo posible, el más esforzado compañero. Le cuesta tanto aceptar a alguien de fuera dentro de su refugio, de su hogar, que cuando lo hace es con todas las consecuencias de la hospitalidad de la amistad plena.


Un trabajador como nadie, un ahorrador prudente, el gato es generoso con lo que considera superfluo, porque su concepto del ahorro, de la previsión, está muy bien estructurado y sabe dónde ha de ser situado el tope que marca 1o prudente y dónde comienza la avaricia, la acumulación innecesaria. Como los gatos quieren la seguridad del refugio; y en un refugio sobra con poco, molestando el exceso, ese resto se destina, cuando aparece, a agasajar, a regalar, como si se quisiera evitar la codicia, alejando inteligentemente lo que no tiene razón de ser en una mente sana. Los gatos saben disfrutar lo que tienen, porque para eso es suyo. A los gatos no les gusta tener que tomar partido frente a una situación coyuntural. Les molesta profundamente, porque les obliga a tener que entregarse a una causa, abandonando su rincón favorito y cómodo y, sobre todo, les horroriza tener que adscribirse forzosamente a una opción única, inflexible; convertirse en partidarios, en partidista. Si la elección ya presupone una situación extrema, en la que no cabe ni el más mínimo matiz, entonces rechazo (aparte de justificado) es visceral y tratar de forzar la aceptación puede hundir moral y físicamente al gato implicado en maniquea elección.


Gato/Conejo y el Trabajo

Lo único que no se le debe exigir al gato o conejo es que se encarame a una cátedra y vaya tomando, una tras otra decisiones de peso. Ese no es su papel. Él solo administra, modera, prepara, estudia y realiza todo lo que haga falta hacer y un poco más, si es necesario; no es perezoso ni inconcreto, pero tiene un horror definitivo a la equivocación y muchas decisiones son demasiadas probabilidades a favor del error, muchas más de las necesarias para su equilibrio físico y mental.


Gato/Conejo y la Aventura

En casi todos los animales emblemáticos la aventura puede ocupar una parte importante de su vida, ya sea como motivo principal de sus sueños o necesidades, o como una vía de escape al tedio insostenible de la vulgaridad diaria. En este apartado de la personalidad zodiacal, en el mundo del conejo o del gato, la aventura es un peligro que acecha su estabilidad. Correr una aventura pierde su sentido de juego y la posible carga de emoción, para convertirse en un riesgo que acecha detrás de una situación imprecisa. El azar no es reparto aleatorio de la suerte, sea ésta favorable o desfavorable, es por sí mismo un elemento nefasto porque todo lo que no sea conocido no se puede prever y el necesita poder controlar el presente y el futuro, con un criterio de previsión que muy pocos humanos pueden igualar. Que algo pueda suceder o no, por una mera organización aleatoria de la vida, es algo que desagrada profundamente a los organizados y metódicos gatos.


Gato/Conejo y la Salud

Los gatos y conejos tienen una sólida salud y una excelente capacidad para hacerse un refugio en el que protegerse de los ataques y las sorpresas y, por ello, su única grieta—en esa muralla montada con precisión alrededor de su existencia— está en la necesidad refugio. Si al gato se le saca al a campo abierto, todo su sistema se le viene abajo, queda inerme frente a las fuerzas sencillas de una naturaleza que no puede controlar. Desde luego, con su laboriosidad y disciplina rehará su hogar y se ocupará de los suyos —antes que de él o de ella—, pero quedará tocado por el susto, por la sorpresa, y marcado por el temor de que aquel desbarajuste pueda de nuevo sobrevenirle en otra ocasión, tan súbitamente como la primera vez.


"IR A: AMOR y COMPATIBILIDAD de EL GATO"


Entender el significado de los signos chinos es importante para comprender en un amplio rango las diferentes técnicas adivinatorias.


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