Secuencia del Cielo Posterior u orden intramundano
Aquí está dada la secuencia de los ocho signos según el orden del rey Wen. Los signos quedan aquí desprendidos de su ordenamiento antinómico por pares, y se muestran en la secuencia temporal de su manifestación e ingreso en los fenómenos del curso cíclico del año. El orden de los signos se ve muy esencialmente modificado. Se combinan los puntos cardinales con las estaciones del año. El orden se presenta como figura en el diagrama de la página siguiente.
El año comienza a revelar la actividad creadora de Dios en el signo Ohen, lo Suscitante, que se halla ubicado en el Este y cuyo significado es la primavera.
Aquí se ponen en consonancia el curso del año y el curso del día. Aquello que en la disposición premundana se exponía como despliegue de lo divino, se expone en este caso de acuerdo con su manifestación en la naturaleza. Los signos se adjudican a las estaciones del año y a los puntos cardinales, sin esquematismos, mediante ocasionales alusiones de las que se deduce el esquema diseñado más arriba. Comienza a agitarse la primavera y con ello entran en la naturaleza la germinación y el retoñar. Esto corresponde al amanecer del día. Ese despertar se atribuye al signo de lo Suscitativo, Chen, que como trueno y fuerza eléctrica mana de la tierra. Luego llega la brisa suave del aire que renueva el mundo vegetal y viste de verdor a la tierra. Esto corresponde al Signo de lo Suave, lo Penetrante, Sun. Sun tiene por imagen tanto al viento que disuelve el rígido hielo invernal, como también a la madera que se desarrolla orgánicamente. El efecto de este signo es que las cosas vayan fluyendo, por decirlo así, hacia el interior de sus formas, se desarrollen y crezcan hasta formar lo que en el germen estaba prefigurado como su forma. Llega entonces la culminación del año, el centro del verano, el estío, y llega también respectivamente, en el curso del día, el mediodía. Aquí se halla el signo Li, lo Adherente, la luz. Aquí los seres se advierten mutuamente con la mirada. Lo orgánico vegetativo se va transformando en lo anímicamente consciente.
El I-Ching no es solo un arte adivinatorio, es una filosofía y un método para entender la vida.
Blanca G. Ferriol a través de sus clases de Tarot en Madrid y Online vía Skype, te ofrece en su página una introducción al complejo mundo del I-Ching y Feng Shui. Capítulo 5. La secuencia del cielo posterior u orden intramundano del I-Ching.
